Ciclo cero en las universidades peruanas: ¿debería cambiar el viejo sistema del examen de admisión?
- Luis Vilchez
- 10 abr
- 3 Min. de lectura
Las instituciones educativas superiores públicas y privadas rechazaron el dictamen aprobado por la Comisión de Educación del Congreso, que establece esa nueva vía como única modalidad de ingreso a todas las universidades del país. A propósito de esto surge la interrogante de cómo es en otros países el acceso a los estudios superiores.

En la editorial del 9 de marzo de El Comercio, el decano de la prensa peruana se podía leer lo siguiente: “La educación superior no puede seguir siendo rehén de agendas políticas que privilegian la cantidad sobre la calidad”. ¿Qué tan cierto es esto?
A mediados de los años 90 hice mi incursión en la educación universitaria peruana. Soy de la generación a la que nos inculcaron que la única vía posible para “ser alguien en la vida” era ir a la universidad, ni siquiera a un instituto porque “es un mando medio”. La CEPREPUC fue el lugar elegido por mis padres para comenzar el largo viaje universitario. Apenas terminé el colegio, me matricularon en el ciclo de verano con el objetivo de que, en un mes y medio, estuviera listo para dar el examen de admisión de la Pontificia Universidad Católica del Perú y entrar a la carrera de Derecho. Por aquellos años, la Católica era sinónimo de excelencia educativa y calidad de sus egresados. No digo que hoy no lo sea, pero veo en redes sociales que la sociedad ya no la tiene en lo alto del podio, tal como sucedía en aquellos años.
Tras mi fracaso rotundo en mi etapa veraniega en la pre de la Cato, la Pre Lima se convirtió en mi nuevo destino educativo. Mi padre, un esforzado coronel del Ejército, hizo malabares para que la siempre escueta economía del personal militar alcanzara para costear un gasto tan alto. Afortunadamente, después de casi cuatro meses de estudio, ingresé a la universidad, donde cursé y culminé la carrera de Derecho.
Al año siguiente de mi graduación, me fui a Buenos Aires a estudiar Periodismo. Cursé unos meses de la carrera en la Universidad de Palermo, pero abandoné porque consideré que comenzar de cero era demasiado. Así que, dos años después, previo examen y entrevista, ingresé a la Universidad Torcuato Di Tella, donde finalmente terminé una maestría en Periodismo.
Este raid educativo, en Perú y en el extranjero, hizo inevitable que comparara las realidades. Lo primero que descubrí en Argentina, en el ámbito de la educación universitaria, es que ahí no existe el examen de admisión en ninguna universidad, ni pública ni privada. El Estado argentino asume que, si terminaste el colegio, estás listo para ir a un centro de enseñanza superior; eliges el que más te gusta y te inscribes. ¿Ahorro para los padres? Sí. ¿Existe algún tipo de filtro? Sí. En el caso de la prestigiosa UBA, el Ciclo Común Básico (CBC) es muy exigente y muchos estudiantes quedan en el camino.
Si hago un balance, considero que la educación universitaria peruana prioriza, como cualquier empresa, el ganar dinero. En Perú, además de los costosos centros preuniversitarios y otros pagos que se hacen a lo largo de la vida académica, también se debe pagar para presentar y sustentar la tesis para obtener el título profesional. En cambio, en Argentina —tomando nuevamente como ejemplo la UBA, donde mi esposa se licenció— basta con aprobar el último examen de la carrera para recibir el título. Cabe señalar que la UBA, con sus limitaciones de infraestructura y su politización extrema, está mejor posicionada en el ranking QS que cualquier universidad peruana, pública o privada.
En Perú tenemos la deformada idea de que la educación, mientras más cara y extensa, es mejor; ya vemos que esto no es así. Sí, en Argentina algunas carreras universitarias son más cortas que en Perú.
El ciclo cero representa una oportunidad para que las universidades, en lugar de quejarse, reflexionen sobre si están priorizando el negocio por encima de la formación de profesionales de calidad, capaces de competir no solo a nivel nacional, sino también internacional. Actualmente, solo tres universidades peruanas figuran en el ranking QS 2025, y todas están lejos del top 100: la Pontificia Universidad Católica del Perú en el puesto 336, la Universidad Mayor de San Marcos en el 950 y la Cayetano Heredia en el 1200.
¿Será que, con esta iniciativa del cuestionadísimo Congreso, se pondrá fin a la frase popularizada por el Grupo Río en los años 80 con su canción "La Universidad (Cosa de locos)": "Ya sabes... si esta vez no ingresas"?
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